La Iglesia Parroquial de Rio de Onor (Iglesia de San Juan Bautista) merece una visita no por su monumentalidad ni por su oro, sino por su autenticidad y su entorno. Es el corazón de uno de los pueblos más singulares de Portugal.
Estas son las razones por las que esta "iglesia de piedra" es especial:
1. Arquitectura en armonía con el pueblo A diferencia de las iglesias encaladas típicas del Alentejo o de las grandes catedrales de granito, esta iglesia se integra a la perfección con el paisaje. Construida en esquisto y piedra local, refleja la arquitectura rústica del propio pueblo. Su sencillo campanario es un hito en el paisaje, visible desde casi cualquier punto, pero sin romper la armonía visual de las casas de piedra.
2. El corazón de un "pueblo comunitario" Rio de Onor es famoso por ser uno de los últimos pueblos comunitarios de Portugal (donde se compartían hornos, molinos y rebaños). La iglesia es el símbolo espiritual de esta unión.
Es habitual encontrar la iglesia decorada con flores frescas recogidas por los propios habitantes, muestra del cariño y la vibrante comunidad que aún reside allí.
El cementerio suele ser punto de encuentro para los lugareños, donde se puede escuchar el dialecto local (rionorês).
3. El paisaje circundante Una visita a la iglesia no está completa sin un vistazo a su alrededor. Su ubicación permite disfrutar de vistas privilegiadas de:
El puente romano (del siglo XIX) sobre el río Onor.
Las verdes orillas del río, donde podrá refrescarse en verano.
La sutil división entre el "pueblo alto" (España) y el "pueblo bajo" (Portugal), ya que el pueblo está atravesado por la frontera.
La iglesia suele estar cerrada fuera del horario de culto, pero la belleza exterior y la paz del lugar merecen la visita. Si tiene la suerte de encontrarse con alguna de las señoras del pueblo cerca, pídale amablemente que le deje ver el interior; su sencillez es conmovedora.
Traducido por Google •
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